Música de Vivaldi llenó el Auditorio Nicolaita
Música de Vivaldi llenó el Auditorio Nicolaita
La noche del miércoles 11 de junio brillaron la Orquesta de Cámara de la Universidad Michoacana (OCUM) y el joven solista violinista Raúl Moreno, al interpretar Las Cuatro Estaciones de Antonio Vivaldi. Este maravilloso concierto estuvo acompañado de un lleno en el Auditorio Nicolaita del Centro Cultural Universitario.
Desde el inicio del concierto empezaron a brillar los integrantes de la OCUM y el violín del solista Raúl Moreno, al interpretar la primera Estación de Primavera, en la cual el público puede imaginarse fácilmente la alegría marcada por el canto de los pájaros, los sonidos de grillos y abejas.
Con sus partituras Antonio Vivaldi, nacido en Venecia, Italia, provocó sonidos increíbles de los violines.
Los inicios de las interpretaciones de Primavera, Verano, Otoño e Invierno, la parte de Allegro de cada Estación, se escucharon sensacionales.
Gracias Antonio Vivaldi (1678-1741) por dejarnos tú música y tus Cuatro Estaciones.
Y sí, fue brillante la ejecución de Las Cuatro Estaciones de Vivaldi, por parte de la Orquesta de Cámara de la Universidad Michoacana, dirigida por José Luis Gálvez, y el solista invitado Raúl Moreno se lució.
Por cierto, esta noche fueron 18 los integrantes (9 mujeres y 9 hombres) de la OCUM. Y en esta ocasión nueve fueron vestidos con camisas y blusas negras y otros nueve fueron vestidos con camisas y blusas negras.
Al final del concierto, ante el aplauso generoso del público, que abarrotó el Auditorio Nicolaita, el violinista Raúl Moreno regresó y pidió a la OCUM que lo acompañaran para tocar otra vez el tercer movimiento del Verano (donde se interpreta una tormenta).
Entre los asistentes al concierto estuvieron Miguel Ángel Villa, secretario de Difusión Cultural y Extensión Universitaria; y Sujey López, jefa del Departamento de Radio y Tv Nicolaita.
Las Estaciones son cuatro de los cerca de 220 conciertos para violín que escribió el maestro del barroco italiano. Estas obras fueron compuestas entre 1716 y 1725.
Los primeros dos versos correspondientes al Allegro de Primavera anuncian que “Llegó la primavera y festejándolo, los pájaros la saludan con alegre canto”.
Tras la agradable y fresca Primavera, viene el calor y las tormentas del Verano, relámpagos, y los fieros truenos ¡y de las moscas, y moscones, el tropel furioso! El dramático tercer movimiento, un Presto, cumple la promesa de la tormenta.
Con la llegada del Otoño vienen los frutos del trabajo. La vivaz danza del primer movimiento describe el final de la cosecha, con el violín solo imitando el llenado de una copa de vino.
Invierno nos sitúa de inmediato en el “helado tiritar entre la nieva plateada, al severo soplo del hórrido viento”. Es posible que en este concierto Vivaldi buscase evocar el invierno de 1708- 1709, cuando se congeló la laguna de Venecia. De la fría atmósfera al exterior que retrata el primer movimiento, pasamos a la cálida chimenea al interior del hogar en el Largo, cuyos versos dicen: “Estar junto al fuego, tranquilos y contentos, mientras afuera la lluvia moja a cientos”.